Palabras para Barró de Diana Sojo, ginecóloga y activista en derechos de la mujer

“La educación es la herramienta más potente para producir cambios en el ámbito de los derechos de las mujeres. Pero la educación formal no es suficiente, los talleres específicos y las campañas de sensibilización pública son también muy necesarios”.
Diana Sojo ha hablado con Barró acerca de los derechos de la mujer y la igualdad. Diana Sojo Guttero es ginecóloga de profesión, pero también una destacada activista en materia de derechos humanos en general, y de la mujer en particular. Está implicada activamente en organizaciones no lucrativas que abogan por el respecto a la salud de la mujer y a la igualdad. En este sentido pertenece al grupo de Igualdad MdM y es la ex presidenta de la Plataforma Red Activas.
Sojo, también ha colaborado en alguna ocasión con la Asociación Barró, como el pasado mes de enero cuando impartió un seminario sobre Derechos y Salud Reproductiva.
Quienes la conocen aseguran de ella que su calidad humana es equiparable a la gran dedicación y compromiso que pone en su trabajo.
En esta ocasión Diana Sojo vuelve a dedicar unas palabras para Barró. Diana asegura que queda mucho camino por recorrer para lograr una verdadera igualdad, pero que ya se ha empezado, y ha destacado que en este caminar es necesaria tanto la implicación de las políticas públicas para que protejan los derechos de la mujer, como la Educación como herramienta de sensibilización.
Asimismo, Diana señala que el trabajo en conjunto entre el ámbito sanitario y entidades como la Asociación Barró es la forma más eficaz de impulsar el empoderamiento de la mujer.
Pregunta (P) – Se habla mucho de igualdad, en este sentido ¿cómo crees que es la situación en España?
Respuesta (R) – La equidad entre hombres y mujeres ha mejorado ostensiblemente en los últimos 15 años, en algunos aspectos más que en otros, pero aún queda mucho por hacer. Las mujeres tienen peores trabajos, están peor remuneradas y la representación en órganos de Dirección dista de ser representativa. Las mujeres dedican más horas al trabajo doméstico y cuidados de niños y mayores, lo que se traduce entre otras cosas en peores indicadores de salud.
P – Entonces, sí podemos decir que queda mucho por andar, ¿no? ¿Por dónde empezamos y quiénes son los responsables?
R – Sin duda queda aún mucho camino por recorrer. Podemos empezar por la investigación. Durante los últimos años se han puesto en marcha numerosos estudios de investigación que han permitido valorar aspectos tanto cualitativos como cuantitativos de la dedicación de hombres y mujeres de distintas generaciones a los temas productivos y reproductivos.
Dichos estudios son herramientas que nos ofrecen claves para orientar acciones de sensibilización dirigidas a hombres y mujeres. Y son también necesarios para medir avances o en su caso retrocesos (si los hubiera) de las acciones emprendidas.
Y en cuanto a responsabilidades. Las acciones deben partir del ámbito de las políticas públicas, y para ser eficaces se deben incorporar de forma transversal en todos los ámbitos.
P – Para lograr que se respeten los derechos de las mujeres, ¿por dónde debemos empezar?
R – Por la educación. La educación es la herramienta más potente para producir cambios en cualquier ámbito de la sociedad, incluido el de los derechos de las mujeres.
Cuanto más desigual es una sociedad más desigual es el acceso de hombres y mujeres a la educación.
Pero la educación formal no es suficiente. Creo que talleres específicos, que sensibilicen a hombres y mujeres sobre las desigualdades de género, son muy importantes. Las campañas de sensibilización pública dirigidas a hombres y mujeres también son eficaces.
P – ¿Qué papel tienen las entidades como Barró en la educación en igualdad y mujer?
R – Tienen un papel fundamental, ya que trabajan desde la propia comunidad y con mirada o enfoque de género.
Muchas personas que trabajamos desde el ámbito sanitario, pensamos que el trabajo conjunto con ONG’s como Barró es la forma más eficaz de producir cambios (tanto a nivel de los profesionales como de las mujeres, así como de impulsar el empoderamiento de las mujeres.
P – Como experta en derechos sexuales y reproductivos, ¿qué crees que abarcan dichos derechos y qué debemos entender?
R – Los derechos sexuales abarcan:
Uno. Todos los seres humanos nacen libre e iguales en dignidad y derechos y deben gozar de la misma protección de la ley contra la discriminación con base a su sexualidad, sexo y género.
Dos. Todas las personas tienen derecho a un ambiente que les permita participar y contribuir activa, libre y significativamente; y a través de cuyo desarrollo puedan hacerse realidad los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Tres. Los derechos a la vida, libertad, seguridad de la persona e integridad corporal, a vivir libres de tortura y de un trato cruel, inhumano y degradante; y, especialmente cuando la causa de ello sea su sexo, edad, género, identidad de género, orientación sexual, estado civil, historia o comportamiento sexual, real o imputado o su estatus de VIH/SIDA; así mismo, tendrán el derecho de ejercer su sexualidad de manera libre de violencia o coerción.
Cuatro. Todas las personas tienen derecho a no ser sujetas a la interferencia arbitraria de su privacidad, familia, hogar, documentos o correspondencia, así como al derecho a la privacidad que es esencial para ejercer su autonomía sexual.
Cinco. Derecho a la autonomía personal, y a ser reconocidas ante la ley, y derecho a la libertad sexual, la cual abarca la oportunidad de los individuos para tener control y decidir libremente sobre asuntos relacionados con la sexualidad, para elegir sus parejas sexuales y para experimentar su potencial y placer sexual a plenitud, dentro de un marco de no discriminación, y con la debida consideración a los derechos de otras personas y a la capacidad evolutiva de las y los niños.
Seis. Todas las personas tienen derecho a ejercer su libertad de pensamiento, opinión y expresión en relación con sus ideas sobre la sexualidad, orientación sexual, identidad de género y derechos sexuales, sin intromisiones o limitaciones basadas en las creencias culturales dominantes o ideología política, o en nociones discriminatorias del orden público, moralidad pública, salud pública o seguridad pública.
Siete. Todas las personas tienen derecho a gozar del más alto estándar posible de salud física y mental, y el acceso a la atención de la salud sexual para la prevención, diagnóstico y tratamiento de todas las inquietudes, problemas y trastornos sexuales.
Ocho. las personas, sin discriminación, tienen derecho a la educación e información de manera general, y a la educación integral en sexualidad.
Nueve. Derecho a elegir si casarse o no, y a formar y planificar una familia, así como a decidir si tener o no hijos y cómo y cuándo, de manera responsable y libre, dentro de un ambiente en el cual las leyes y políticas reconozcan la diversidad de las formas familiares, incluyendo aquellas no definidas por ascendencia o matrimonio.
Y diez. Todas las personas tienen derecho a medidas efectivas, adecuadas, accesibles y apropiadas de tipo educativo, legislativo, judicial y de otros tipos para asegurar y exigir que quienes tengan el deber de garantizar los derechos sexuales sean plenamente responsabilizados de hacerlos cumplir. Esto incluye tener acceso a remedios por violaciones a los derechos sexuales, incluyendo el acceso a una reparación de daños.


Hola Dra.
Quería que viera mi trascurso, y que fué de mí.
he intentado localizarla para que viera, pero me dicen que allí no esta operativa.
Quisiera conocer su opinión de lo que me ha pasado, guinecologicamente como en etros aspactos.
Un saludo.
Marta Bonelli
Y Tanto por lo que veo en su Wep, como en su forma de trato, la digo yo.
CHAPEAU.
Su trabajo es admirable, como usted es importante ginecologicamente, sobre las mujeres que vivimos los años duros, como las que sobrevivimos a ellos.
Usted fue nuestra ayuda y consejo, como ahora soy yo, con nada de fisio y si mucho de vida y humanidad. Me gustaría que vieras mi proceso,,…..
Atentamente, y un saludo. Marta Bonelli.